La Universidad Nacional de Tucumán se encuentra desde hace varios años en litigio para recuperar el predio ocupado por un lugareño en el sector sur del Parque Sierra de San Javier. Se trata del lugar conocido como “Las Pirámides”, que hace pocos días fue noticia por un operativo llevado a cabo por Gendarmería, por orden de la Justicia Federal, para establecer un registro de las viviendas construidas y de la gente que ocupa el lugar, estimada por los mismos vecinos entre 120 y 150 personas. La UNT aportó imágenes de Google Earth, fotografías y filmaciones realizadas con un dron en ese mismo operativo, que muestran cómo, durante el proceso de investigación iniciado en 2018 a partir de la querella por reivindicación, el barrio ha ido creciendo sin pausa.
Se trata de una situación compleja que ha de resolver en algún momento la Justicia, como ya lo solucionó en otros casos de ocupaciones en el parque Sierra de San Javier, que tiene en el interior de sus 14.130 hectáreas unos 1.500 ocupantes ilegales, según estiman funcionarios de la misma Universidad. En una anterior querella de un ocupante en Horco Molle ya la Justicia reconoció el derecho de la UNT y denegó las pretensiones del denunciante, y también se exigió a quienes tienen viviendas en ese sector -por tratarse de descendientes de antiguos moradores, que se encontraban allí antes de la expropiación de esos terrenos en 1948- que se abstengan de ampliar el predio que ocupan y de construir más viviendas. En ese sentido, en Horco Molle -donde hay un barrio de regular extensión- parece haber una cierta calma entre los moradores y la UNT.
No es el caso de “Las Pirámides”. El lugareño que ha loteado y vendido predios para casas afirma que tiene derechos de posesión por prescripción adquisitiva y alega que salió sobreseído en la querella por usurpación que le había iniciado la UNT en 1998 y que fue desestimada 10 años después por falta de acción y paso del tiempo. La UNT, que posee títulos de propiedad del extenso Parque Sierra de San Javier, afirma que se trata de una zona de protección de la biodiversidad que se debe proteger ambientalmente y denuncia que en esta ocupación se está depredando el bosque nativo, además de que las construcciones siguen sin pausa. Pese a la orden de la Justicia de no seguir construyendo, el barrio pasó de la treintena de casas de 2018 a las 56 registradas ahora. En el medio de todo están las personas que, conociendo o no el conflicto, compraron terrenos y construyeron su casa ahí, que alegan ser “compradores de buena fe”. La UNT promete que al final se demolerán esas viviendas y se restituirá el bosque nativo. Pero por ahora la situación es compleja, sobre todo porque el barrio ha seguido creciendo, pese a las medidas judiciales llevadas a cabo, y que ya le han valido al lugareño emprendedor una querella penal por desobediencia, por la cual está siendo llevado a juicio.
El caso viene a ser un ejemplo de los riesgos que entraña no defender con celo el patrimonio -que es lo que pasó en largos períodos en la Universidad, según se ha visto- y las complejidades que entraña la resolución de causas que insumen años de instrucción en la Justicia. Es de esperar que este caso y otros similares encuentren una adecuada y pronta solución. El predio del Parque Sierra de San Javier es un gran pulmón y protector de la biodiversidad en el Gran Tucumán y los problemas que lo afectan importan a toda la comunidad.